Requerimientos nutricionales en la tercera edad. Parte 2.

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Hola amigos, ¿cómo están? Espero que estén muy bien. En esta ocasión voy a hablarles específicamente de los requerimientos de energía, proteínas, carbohidratos y grasas. Es de gran relevancia que los cuidadores y sobre todo los adultos mayores, tomen en cuenta esta información, ya que una adecuada alimentación ayuda a tener una mejor calidad de vida. Saludos.

 

* Energía

Los requerimientos de energía disminuyen con la edad, esto se debe a que en esta etapa el metabolismo es más lento y por la disminución de la actividad física. Pero aunque las necesidades energéticas son más bajas en el adulto mayor, debe asegurarse el aporte suficiente para cubrir los requerimientos en vitaminas y minerales.

 

* Proteínas

El aporte de proteínas en la persona de edad avanzada puede verse comprometido debido a múltiples causas tales como los trastornos de la masticación, cambios en el apetito, alteraciones digestivas y procesos patológicos.

Una incompleta digestión junto a una insuficiente ingesta calórica puede causar una deficiencia proteica.

La recomendación más adecuada diaria es de 1 gramo por kilogramo al día.

En caso necesario, la ingesta de proteínas se debe incrementar para satisfacer la demanda en enfermedades específicas y para completar los depósitos de proteínas en pacientes mal nutridos.

 

* Carbohidratos

Se recomienda que un 50-60% de la ingesta energética provenga de los hidratos de carbono complejos. Los hidratos de carbono simples deben limitarse al 10% del total hidrocarbonado, por la tendencia de las personas mayores a desarrollar una resistencia periférica a la insulina.

 

* Grasas

Es interesante reducir su consumo de cara a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Se recomienda que los lípidos de la dieta no sobrepasen el 30% del total energético ingerido en un día.

Sin embargo, existen también ácidos grasos esenciales, es decir, los elementos básicos y formadores de las grasas, que no se pueden sintetizar en el organismo humano, cuya falta provoca patología. Por esto se deben asegurar ingestas de grasas poliinsaturadas: vegetales y del pescado azul, mejor que grasas de origen animal.

El consumo de colesterol debe ser inferior a 300 mg por día.