Delirium. Parte 3.

– Parte 3 de 3

Hola amigos, ¿cómo están el día de hoy? Espero que muy bien, ya que el día de hoy voy a concluir con el tema de la semana: el delirium. En esta parte en específico les voy a hablar del tratamiento y prevención. Espero que esta información sea de gran utilidad para todos ustedes. Saludos.

 

* Tratamiento y prevención

El primer paso es revisar la lista de medicamentos que el paciente tiene prescritos, en especial los de
reciente introducción. Evitaremos, en lo posible, los fármacos que son factor de riesgo para que aparezca el delirum, como son los anticolinérgicos y aquellos con potencial anticolinérgico, los antihistamínicos, las benzodiacepinas, los fármacos dopaminérgicos y los mórficos.

Es importante tomar en cuenta que existe evidencia respecto a que la base del tratamiento del delirium es la corrección de los factores desencadenantes, entre los que cabe remarcar la alteración hidroelectrolítica, la anemia, la fiebre, la hipoxia, la deshabituación al alcohol y la abstinencia a benzodiacepinas.

Es en el tratamiento farmacológico sintomático donde nos encontramos con la piedra angular del delirium. Los fármacos más utilizados en el control sintomático del delirium son los neurolépticos.

Las medidas preventivas como la reorientación frecuente, la movilización precoz, el tratamiento del dolor, la nutrición adecuada, la hidratación, y garantizar patrones de sueño adecuados han demostrado reducir la incidencia de delirium, sin importar el entorno de la atención.

 

 

El delirium es un síndrome clínico que afecta a un importante porcentaje de los pacientes hospitalizados. A pesar de su elevada incidencia, es un síndrome a menudo infradiagnosticado, que implica relevantes consecuencias negativas para los pacientes y profesionales, y además puede prevenirse.