Cistocele. Parte 2.

• Síntomas y complicaciones

Los síntomas del cistocele pueden variar en gravedad y pueden incluir:

• Sensación de presión o abultamiento en la vagina.
• Dificultad para orinar por completo.
• Incontinencia urinaria, especialmente al toser, estornudar o hacer ejercicio.
• Sensación de pesadez o incomodidad en la pelvis.
• Dolor durante las relaciones sexuales.

En casos más graves, el cistocele puede causar complicaciones como infecciones del tracto urinario recurrentes, prolapso de otros órganos pélvicos y alteraciones en la función sexual y urinaria.

 

• Diagnóstico y tratamiento

El cistocele generalmente se diagnostica mediante un examen pélvico realizado por un médico. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales, como urodinamia o ecografía pélvica, para evaluar la gravedad del prolapso y descartar otras afecciones.

El tratamiento del cistocele puede incluir:

1. Terapia física: Los ejercicios de Kegel y otras técnicas de fortalecimiento del suelo pélvico pueden ayudar a mejorar los síntomas en casos leves a moderados de cistocele. Los ejercicios de Kegel son una forma efectiva de fortalecer los músculos del suelo pélvico, que son fundamentales para mantener en su lugar los órganos pélvicos, incluida la vejiga. Estos ejercicios implican contraer y relajar los músculos del suelo pélvico repetidamente. Consulta con un fisioterapeuta o un médico para aprender cómo hacer los ejercicios de Kegel de manera adecuada y efectiva.
2. Dispositivos de soporte: Los dispositivos como los pesarios vaginales pueden ayudar a sostener la vejiga en su lugar y aliviar los síntomas en algunas mujeres.
3. Cirugía: En casos graves o que no responden a otras formas de tratamiento, puede ser necesaria una cirugía para reparar el cistocele y fortalecer los tejidos de soporte pélvico.