- Fortalecimiento del sistema inmunológico:
A medida que envejecemos, el sistema inmunológico tiende a volverse menos eficiente, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades e infecciones. Los suplementos de vitaminas y minerales, como la vitamina C, el zinc y el selenio, pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades. Estos nutrientes actúan como antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres y promueven una respuesta inmunológica saludable.
- Promoción de la salud cardiovascular:
Algunos suplementos, como los ácidos grasos omega-3, el magnesio y la coenzima Q10, pueden tener beneficios para la salud cardiovascular en el adulto mayor. Los ácidos grasos omega-3, en particular, han sido asociados con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas al ayudar a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, así como a mejorar la salud de los vasos sanguíneos y reducir la inflamación.
- Mejora de la energía y la vitalidad:
Algunos suplementos, como las vitaminas del complejo B y el hierro, pueden ayudar a aumentar los niveles de energía y mejorar la vitalidad en el adulto mayor. Las vitaminas del complejo B son importantes para el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas, y pueden ayudar a convertir los alimentos en energía utilizable por el cuerpo. Del mismo modo, el hierro es esencial para la producción de glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos y órganos del cuerpo, y pueden ayudar a combatir la fatiga y el cansancio.