Protección solar en el adulto mayor. Parte 1.

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Hola amigos, espero que el día de hoy estén excelente. Ya que empezaré con el tema de la semana: la protección solar en el adulto mayor. En esta parte en específico voy a darles una introducción. Espero que sea de gran relevancia para ustedes y puedan sacarle provecho a la información que les mostraré a continuación. Saludos.

La radiación solar que llega a la Tierra está compuesta por radiación infrarroja (56%), radiación visible (39%) y radiación ultravioleta (5%). Los rayos ultavioleta a su vez se dividen en los rayos UVC (que no llegan a la Tierra), UVB (que suponen solo el 3,5%) y UVA (que suponen el 96,5% de los rayos ultravioletas).

Desde el punto de vista del riesgo frente a la exposición solar hay dos etapas de la vida en que la piel se encuentra en un estado especialmente delicado: la infancia y la edad madura. Al paso de los años, la piel sufre algunos cambios que hacen que se comporte de forma diferente frente a los agentes externos, especialmente a la luz del sol.

La piel es el órgano más grande y más expuesto del cuerpo y, por ello, es la candidata ideal a evidenciar de una forma especialmente evidente el proceso del envejecimiento. Ésta es la encargada de actuar como una barrera de protección ante los agentes externos, pero cuando la persona llega a la tercera edad se debilita haciéndose más vulnerable a los efectos de los rayos solares.

Cuidar la piel de una forma correcta puede hacerla aparentar menos edad de la que realmente tiene. Esto tiene gran importancia sobre todo en la temporada de verano, ya que fomentar consejos acerca de la exposición solar y recomendar las alternativas cosméticas para la piel adecuadas son la mejor manera de impedir que los efectos dañinos de las radiaciones solares afecten la piel de las personas de la tercera edad.