Medidas preventivas para la depresión. Parte 1.
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Hola amigos, ¿cómo están? Espero que muy bien, ya que el día de hoy voy a empezar con el tema de la semana: ¿cómo prevenir la prevención? En esta ocasión voy a darles una introducción acerca de la depresión. Espero que sea para ustedes de gran utilidad y les parezca interesante esta información. Saludos.
Todos nos hemos sentido triste una vez. Es parte de la vida. Sin embargo, estar deprimido durante algún tiempo sin que se perciban cambios en el estado de ánimo o, por el contrario, sentir que la situación va a peor, puede ser un síntoma de algo más serio.
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
Puede llegar a hacerse crónica y pueden afectar a las actividades que hacemos en la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.
La depresión en los ancianos es un problema generalizado, pero no es una parte normal del envejecimiento. Con frecuencia, no se reconoce ni recibe tratamiento.
Las personas de la tercera edad experimentan algunos cambios en la vida, y estos cambios pueden incrementar el riesgo de depresión o llevar a que la depresión existente empeore. Algunos son los que se muestran a continuación:
- Cuando tienen que cambiarse de casa, ya sea a un asilo o a un centro de atención para las personas de edad avanzada.
- Seres queridos que fallecen.
- Padecer alguna enfermedad.
- Familiares que abandonan la casa.
- A medida que pasa el tiempo empiezan a ser menos dependientes, ya que empiezan a tener problemas para realizar actividades diarias.
- La depresión también puede estar relacionada con trastornos tiroideos, cáncer o demencia.