Mascotas, una buena compañía para los adultos mayores. Parte 2.
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La selección de la mascota debe ser cuidadosa. Lo primero es evaluar si la persona necesita o no esta compañía. Hay personas mayores que tienen mucha vida social y un animal puede perjudicar su estilo de vivir.
Lo siguiente es evaluar las competencias físicas y mentales del adulto mayor. Animales de gran tamaño que necesitan demasiada atención pueden ser una carga en vez de un alivio. De otro lado, los familiares que tienen en mente dar de regalo una mascota deben preocuparse de que el anciano no sea alérgico y que por el contrario le sirva de compañía.
Las mascotas, también son de ayuda en caso de que la persona sufra de deterioro auditivo. Situaciones como esta el animal puede ser una especie de timbre que avisa a su amo cuando suena el teléfono, o si alguien llama a la puerta.
Los ancianos después consideran a sus mascotas como otro “integrante de la casa” e incluso los califican como pequeñas “personas” pues son su gran compañía y consuelo y los ayudan a mantener la actividad mental y física durante esa edad.
Se destacan tres beneficios:
- Desde el punto de vista físico, mejoran el tono muscular y la tensión arterial al aumentar el ejercicio.
- Desde la perspectiva psíquica, mejoran el estado de ánimo y la autoestima, ayudando a las personas a aceptarse tal y como son.
- Por último, son una excelente ayuda en la socialización. Tal es así que el animal constituye en sí mismo un vehículo de comunicación con otras personas, tengan o no animales de compañía. Y si la mascota proviene de una protectora realizamos además una buena causa.
Ventajas de tener una mascota:
- Disminuye la soledad
- Estimula la conversación
- Motiva hacia el contacto físico y a la expresión de afecto
- Ayuda al enfoque de la atención
- Estimula el ejercicio
- Promueve la alegría