Impacto del sol en el envejecimiento Parte 1
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Hola amigos, ¿cómo están? Espero que estén muy bien porque el día de hoy voy a comenzar con el tema de la semana: el impacto del sol en el envejecimiento. En esta primera parte voy a darles una introducción acerca de esto. Saludos.
La piel envejece por dos factores principales: nuestra genética, y el sol. Contra la genética no podemos luchar, es la que tenemos. Pero sí podemos controlar cómo nos exponemos a los rayos solares para retrasar el envejecimiento de la piel.
La piel se compone de tres capas: la epidermis, o capa externa, la dermis, o capa intermedia y el tejido subcutáneo, o capa profunda. La dermis contiene colágeno, elastina, y otras fibras que constituyen la estructurar la piel. Estos elementos dan a la piel un aspecto liso y juvenil – y estos son los dañados por la radiación ultravioleta (UVR).
El Sol, esa fuente de luz y energía que brilla en lo alto del cielo, nos da calor y broncea nuestra piel, tiene la particularidad de ser la estrella luminosa que más cerca está de la Tierra. El sol tiene varios beneficios, pero no hay que olvidar que la exposición al sol puede ser dañina para nuestra piel.
Los rayos ultravioleta tipo A abarca longitudes de onda entre 320 y 400 nm y son los responsables de que envejezcan las células de la piel y pueden dañar el ADN de estas mismas células. Por lo general, este tipo de rayos están asociados al daño a largo plazo. Es decir, son los culpables de las arrugas, aunque también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer. Para que te des una idea, las camas bronceadoras emiten grandes cantidades de rayos UVA.
Los efectos negativos de las radiaciones solares son acumulativos, aunque las exposiciones sean de baja intensidad. Uno de los efectos más visibles con el paso del tiempo es el envejecimiento prematuro de la piel, que es causado en un 90 % por la exposición al sol.