Fibroma blando Parte 1

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Hola amigos, ¿cómo va su día? Espero que vaya muy bien, porque hoy voy a hablarles de un tema frecuente en nuestro medio: el fibroma blando. En esta ocasión voy a darles una información detallada acerca de la definición de este padecimiento, así como sus aspectos más importantes. Saludos.

 

Los fibromas blandos son pequeños crecimientos pediculados de la piel de color normal o marrón que se localizan con frecuencia en zonas de roce como las axilas, el cuello y las ingles, aunque no es infrecuente que aparezcan en el tronco donde pueden llegar a medir 1 ó 2 centímetros. En ocasiones pueden hacerse bastante grandes pero esto es bastante raro. Habitualmente la mayoría de los pacientes no presentan síntomas (excepto cuando se enganchan con alguna prenda u objeto de bisutería).  Si el paciente refiere sintomatología dolorosa más aguda acompañada de un oscurecimiento de la lesión, puede ser que nos encontremos ante una eventual complicación que consiste en la necrosis por isquemia secundaria a la torsión del pedículo, con el consiguiente estrangulamiento.

Los fibromas blandos son lesiones extremadamente frecuentes que afectan a la gran mayoría de la población a partir de la edad media de la vida (mayores de 30-35 años) aumentando su incidencia con la edad. Aproximadamente un 25% de la población presenta este tipo de lesiones.

Se trata de un proceso benigno, por lo que no hay que preocuparse por la posibilidad de malignidad. También hay que tomar en cuenta que no son verrugas por infecciones de virus, por lo que no son infecciosas, ni pueden contagiarse.

En la mayoría de casos no será necesario realizar un diagnóstico diferencial, puesto que las características macroscópicas suelen ser bastante claras. En situaciones en las que encontramos fibromas blandos de gran tamaño, disposición múltiple o morfología atípica se deberá biopsiar para un diagnóstico de certeza.