Enfermedades respiratorias, un riesgo para los adultos mayores. Parte 2.
Parte 2 de 3
Saludos lectores, a continuación presentaré la segunda parte de este artículo importante, en esta ocasión hablaré sobre tres enfermedades respiratorias muy comunes en los adultos mayores y mostraré cuál es el método por el cual se tratan, espero que lo disfruten.
Asma:
El asma bronquial es una enfermedad inflamatoria de la mucosa bronquial que se acompaña de síntomas nasales oculares o de otras mucosas.
¿Cómo se trata?
Es muy común que los médicos traten de ajustar el tratamiento del asma en las personas mayores que tomen ciertas medicinas, como betabloqueantes, antiinflamatorios, aspirina y otros analgésicos. Estos fármacos pueden impedir que las medicinas para el asma actúen bien y pueden empeorar los síntomas.
Bronquitis aguda:
La bronquitis es la inflamación de los conductos bronquiales, las vías respiratorias que llevan oxígeno a sus pulmones. La bronquitis aguda causa tos con mucosidad, dificultar para respirar, jadeo y presión en el pecho.
¿Cómo se trata?
Una gran parte de las personas no necesitan antibióticos para la bronquitis aguda. La infección normalmente desaparece por sí sola al cabo de una semana. Tome las siguientes medidas para lograr algún alivio:
Tomar gran cantidad de agua, descansar, el Paracetamol es eficaz si presenta fiebre.
Neumonía:
Se dice que la neumonía es la inflamación del pulmón, causada generalmente por una infección. Tres causas comunes son bacterias, virus y hongos. También una persona puede contagiarse con neumonía por la aspiración accidental de un líquido o una sustancia química. Las personas con mayor riesgo (como ya se había hablado anteriormente), son los adultos mayores.
¿Cómo se trata?
Su tratamiento se lleva a cabo en usar antibióticos con capacidad para eliminar una amplia variedad de bacterias, cubren un número considerable de gérmenes. Se seleccionan los antibióticos en función de algunas características del paciente como es que presente factores de riesgo para algunos gérmenes.
Además de los antibióticos, ciertos pacientes requerirán medidas de soporte como oxígeno y sueroterapia por presentar deshidratación o alteraciones del medio interno e incluso técnicas de soporte vital avanzado si la gravedad del cuadro o las características del paciente lo hacen aconsejable.
En ciertos casos, aún no bien definidos, de pacientes sin enfermedades acompañantes y buena situación general, en los cuales sería esperable una buena evolución, sería viable un tratamiento ambulatorio.
En todo caso se precisa la valoración del médico responsable del paciente bien en atención primaria o en el hospital.