Delirium Parte 3

– Parte 3 de 3

Hola amigos, ¿cómo va su día? Espero que muy bien. El día de hoy voy a terminar el artículo de la semana. En esta sección voy a hablarles del diagnóstico y tratamiento del delirium. Espero que todo lo que ponga en esta publicación sea de gran ayuda para ustedes. Saludos y que pasen bonita tarde.

* Diagnóstico

Para que el diagnóstico sea preciso, se ha de llevar a cabo una exploración biopsicosocial del paciente, complementada con pruebas básicas o específicas, que guiarán al médico a la base etiológica del delirium. En la exploración mental, las escalas nos ayudan a agilizar esta labor. Existen muchas escalas encaminadas a este fin, pero la que destaca sobre todas ellas es la escala Confusion Assessment Method (CAM) por ser el instrumento más utilizado, validado, traducido, sencillo, rápido y mejor aceptado por la enfermería en la práctica clínica rutinaria. Es una herramienta que puede diferenciar el delirium de la demencia, además de los diferentes subtipos de delirium.

Algunas veces el médico se puede apoyar de estudios de laboratorio o de imagen para conocer la causa asociada, ya que este padecimiento tiene origen multifactorial (es decir, que se asocia con múltiples causas).

* Tratamiento

Algunas medidas que el médico debe tomar son:

• Evaluación y ajuste de fármacos. Evitar la polifarmacia.
• Mantener un estado de hidratación adecuada.
• Prestar atención en los pacientes con desnutrición y tratarlos.

Algunas medidas que deben tomar los familiares o cuidadores del paciente son:

• Estar al pendiente que el paciente tenga actividades que estimulen al cerebro. Por ejemplo, leer el periódico, discutir las noticias o eventos del día, resolver crucigramas, sopa de letras, recordar momentos con fotografías, etcétera.
• Horario fijo para despertar y dormirse.
• Evitar siestas dirunas prolongadas.

El tratamiento farmacológico del delirium sólo debe emplearse si las intervenciones no farmacológicas han fracasado o no es posible realizarlas.

El delirium es importante tanto por su elevada prevalencia hospitalaria como por el impacto negativo de sus consecuencias en todos los niveles asistenciales e interpersonales. Un inadecuado abordaje de esta neuropatología orgánica puede repercutir nocivamente sobre todo el proceso asistencial del paciente, la familia y el sistema sociosanitario.