Cistitis Parte 1

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Hola amigos, ¿Cómo va su día? Espero que vaya de maravilla porque el día de hoy voy a hablarles de un tema de gran relevancia, sobre todo para las mujeres de edad avanzada, es acerca de la cistitis. En esta primera parte les daré una introducción y los factores de riesgo de este padecimiento. Espero que les parezca interesante. Saludos.

Para comenzar con el artículo hay que tener en mente que la vejiga es el último órgano del aparato urinario por el que pasa la orina antes de ser expulsada a través de la uretra al exterior. Es una especie de bolsa en la que se contiene el líquido producido por los riñones, en esta caen todos los residuos en este estado de la materia que produce el cuerpo y por lo tanto la composición de esta víscera es compleja entre músculos y tejidos serosos que resisten la química de las impurezas que transitan por aquí. Es importante saber que la vejiga es estéril, es decir, libre de gérmenes o bacterias.

La cistitis es la inflamación de la mucosa de la vejiga urinaria, a menudo provocada por una infección. Estas infecciones generalmente siguen su curso de forma rápida y pueden ser tratadas con medicamentos para eliminar la infección y para que el paciente esté más cómodo.

* Factores de riesgo

Algunos de los factores que predisponen a la enfermedad son los siguientes:

• Edad. Afecta a personas de todas las edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a adultos mayores de ambos sexos.
• Sexo femenino. La incidencia de cistitis es mayor en el sexo femenino, debido a que las mujeres tienen la uretra más corta y se encuentra más cerca del ano, lo que permite a las bacterias llegar con facilidad a la apertura de la vagina y, de ahí, hasta la uretra y la vejiga.
• Postmenopausia. Los niveles alterados de hormonas en mujeres postmenopáusicas se asocian a menudo con las infecciones del tracto urinario.
• Los cambios en el sistema inmunológico. Esto puede ocurrir con enfermedades tales como diabetes, infección por VIH y el tratamiento del cáncer. Un sistema inmunológico disminuido aumenta el riesgo de contaminación bacteriana y, en algunos casos, las infecciones virales de la vejiga.
• El uso prolongado de sondas vesicales. Estos tubos pueden ser necesarios en personas con enfermedades crónicas o en las personas mayores. El uso prolongado puede resultar en una mayor vulnerabilidad a las infecciones bacterianas, así como daños en los tejidos de la vejiga.