Cáncer de pulmón. Parte 3. - Vida Abuelo

Cáncer de pulmón. Parte 3.

– Parte 3 de 3

Hola amigos, ¿qué tal su día? Espero que bien, porque el día de hoy voy a concluir el tema de la semana: el cáncer de pulmón. En esta parte les voy a mostrar el diagnóstico, tratamiento y la prevención de este padecimiento. Espero que toda esta información sea útil para ustedes y les parezca interesante. Saludos.

 

* Diagnóstico

Como ya mencioné anteriormente los síntomas del cáncer de pulmón muchas veces no se manifiestan hasta que la enfermedad está avanzada.

Algunas de las pruebas que se piden son las siguientes:

  • Rayos X.
  • Tomografía computarizada. Da información precisa acerca del tamaño, la forma y la posición de un tumor, y puede ayudar a detectar ganglios linfáticos que podrían ser parte del cáncer.
  • Resonancia magnética. Son aún más precisas para detectar la propagación del cáncer de pulmón al cerebro o a la médula espinal.
  • Tomografía por emisión de positrones. Se inyecta una sustancia y ésta se acumula en áreas anormales del hueso que pueden ser consecuencia de la propagación del cáncer.
  • Citología de esputo. Se examina en el microscopio una muestra de flema para ver si contiene células cancerosas.
  • Biopsia. Sirve para confirmar o desmentir un posible diagnóstico de cáncer, además de proporcionar información valiosa para determinar el tratamiento adecuado.
  • Broncoscopía.
  • Análisis de sangre.

 

 * Tratamiento

Es importante saber que el tratamiento va a variar dependiendo del tipo de cáncer, de lo avanzado que esté y de cuán saludable esté el paciente. Existen tres métodos diferentes y éstos pueden realizarse solos o combinados:

  • Cirugía. Se puede llevar a cabo cuando el cáncer no se haya propagado más allá de los ganglios linfáticos cercanos.
  • Quimioterapia. Se dan medicamentos para destruir las células cancerosas y detener el crecimiento de las nuevas células.
  • Radioterapia. En este procedimiento se utilizan potentes rayos X u otras formas de radiación para destruir las células cancerosas.

 

* Prevención

La única certeza posible es evitar la exposición a sus desencadenantes ambientales, siendo el principal de ellos el humo del tabaco.

Los estudios epidemiológicos recientes apoyan los datos previos que indicaban que el abandono del tabaco puede posponer el desarrollo del cáncer. Existen programas para suspender tabaquismo, su puede utilizar parches de reemplazo de nicotina o medicamentos. Y una cosa que hay que tomar en cuenta es que no sólo al fumador activo le afecta el humo del cigarro, sino también al pasivo, es decir, al que inhala el humo del tabaco no habiendo elegido fumar.

 

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Es importante que los adultos mayores tomen en cuenta el cáncer de pulmón, ya que el pico de incidencia de cáncer de pulmón ocurre entre los 55 años y los 65 años, que es el tiempo en el que el individuo se convierte en “gran fumador”.

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