Neumonía en la tercera edad. Parte 2.

– Parte 2 de 3                      

* Factores de riesgo

– Edad. La neumonía es mucho más frecuente durante la vejez, debido a los cambios físicos y el debilitamiento del sistema inmune.

– Tabaquismo.

– Enfermedades crónicas como: diabetes mellitus, hepatopatías,cardiopatías, enfermedad renal, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, SIDA.

– Malnutrición.

– Exceso de peso.

– Demencia

– Esplenectomía (pacientes a los que se les ha extirpado el bazo) y, en general, pacientes con bajo nivel de inmunidad.

– Alcoholismo.

– Tratamientos inmunosupresores o con corticoides de manera crónica.

 

*Síntomas

Entre los más frecuentes se encuentran los siguientes:

– Tos seca

– Fiebre

– Dolor pleurítico

– Taquipnea

– Tos productiva (se acompaña de flema)

– Anorexia

– Escalofríos

– Sudoración

– Disnea (dificultad para respirar)

– Aumento de respiración y de frecuencia cardíaca

– Esputo purulento

Pero a veces los síntomas suelen ser inespecíficos, sin fiebre, o incluso ocasionar el empeoramiento de enfermedades subyacentes.

 

* Manifestaciones clínicas

Estos síntomas se pueden revelar diferente, dependiendo del tipo de manifestación:

– Neumonía típica. Consiste en la aparición brusca de fiebre, tos productiva con un esputo (es la secreción o flema) purulento (con pus) o herrumbroso (con presencia de sangre) y dolor torácico con la inspiración llamado pleurítico. Escalofríos, malestar general y disnea o falta de aire pueden completar el cuadro.

– Neumonía atípica. Tiene un comienzo más lento y gradual. A menudo simula un cuadro pseudogripal con cefalea (dolor de cabeza), dolores musculares, malestar general. Se presenta con tos seca y disnea y a veces presenta síntomas gastrointestinales como vómitos o diarrea.

 

* Diagnóstico

El médico va a empezar a guiarse por la historia clínica. Y después el cuadro se confirma con el hallazgo de lesiones en la radiografía de tórax de diversos tipos según el agente o tipo de neumonía hallado.

Es importante tomar en cuenta que además de diagnosticar la neumonía se deben poner en marcha estudios microbiológicos que intenten detectar el microorganismo responsable.