Herpes zóster Parte 2 - Vida Abuelo

Herpes zóster Parte 2

– Parte 2 de 3

Hola amigos, ¿Cómo están el día de hoy? Espero que estén muy bien, continúo con el tema de la semana: el herpes zóster. En esta ocasión voy a hablarles específicamente de las causas, síntomas y diagnóstico de este padecimiento. Espero que esta información sea de gran interés para ustedes. Saludos.

 

* Síntomas

Algunos de los síntomas que presentan las personas con herpes zóster son los que se muestran a continuación:

  • Ardor.
  • Comezón.
  • Sensación de punzadas.
  • Dolor intenso.
  • Hiperestesia del nervio afectado. Es un trastorno de la percepción que causa mayor sensibilidad y sensación de dolor.
  • Aparición de exantema. Son pequeñas vesículas (ampollas) que a los tres a cinco días se rompen dejando pequeñas ulceras que supuran y luego secan para formar costras que a las dos o tres semanas (15 a 18 días) se desprenden dejando la piel rosada en proceso de cicatrización.

Otros síntomas son:

  • Fiebre.
  • Escalofríos.
  • Malestar general.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos.
  • Dolor articular.
  • Dificultad para mover algunos de los músculos en la cara.
  • Caída del párpado (ptosis).
  • Hipoacusia.
  • Pérdida del movimiento del ojo.
  • Problemas en el sentido del gusto.
  • Problemas de visión.

 

* Diagnóstico

El médico va a realizar el diagnóstico del herpes zóster a través de una historia clínica y la exploración física del paciente. Para un diagnóstico definitivo se necesita el aislamiento del virus en las muestras de tejido de las lesiones cutáneas.

En ciertos casos de esta enfermedad, como en las personas inmunodeprimidas se puede recurrir al test de Tzanck, que consiste en obtener una muestra de líquido de las ampollas para cultivo e identificación del virus mediante una serie de pruebas de laboratorio.

Los exámenes de sangre pueden mostrar un aumento en los glóbulos blancos y anticuerpos contra el virus de la varicela, pero no pueden confirmar que la erupción se deba al zóster.

En casos dudosos se puede confirmar mediante la realización de un cultivo virológico de las vesículas en la fase inicial de la enfermedad.

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