Claudicación intermitente en la tercera edad. Parte 3. - Vida Abuelo

Claudicación intermitente en la tercera edad. Parte 3.

– Parte 3 de 3

Hola amigos, espero que estén muy bien el día de hoy. Para finalizar, en esta parte les hablaré del diagnóstico y del tratamiento de la claudicación intermitente. Espero que esta información sea útil para ustedes. Saludos.

 

  • Diagnóstico

El médico necesita una buena historia clínica para poder diagnosticar la enfermedad. Después realizará un examen físico, donde hará énfasis en la toma de pulsos en diferentes regiones del cuerpo. En caso de que exista alguna oclusión en una arteria, el paso de la sangre por las arterias se sentirá con menor intensidad en esa zona.

Otras pruebas que son útiles para el diagnóstico son:

–       Ecografía Doppler. Se utiliza para medir la velocidad de la sangre en los vasos y otros aspectos de la forma como fluyen.

–        Ecografía. Evalúa mediante ondas sonoras el grado de oclusión.

–       La oximetría. Se trata de medir los niveles de oxígeno de la sangre.

–       La angiografía. Se utiliza para evaluar la localización exacta de la obstrucción.

 

  • Tratamiento

Como hablé anteriormente, la causa de este padecimiento es la arteriosclerosis, es importante evitar su evolución. Por eso hay que tomar en cuenta:

–       Tener un buen cuidado en los pies.

–       Un correcto corte de las uñas.

–       Examinar los pies continuamente.

–       Utilizar un calzado adecuado, cómodo y liviano.

–       Hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana.

 

El tratamiento se puede dividir en distintas clasificaciones:

–       Tener un control en los factores de riesgo.

–       Tratamiento farmacológico. Pueden usarse en cambio antiagregantes plaquetarios (tipo aspirina); u otros fármacos como la pentoxifilina, que actúa disminuyendo la viscosidad sanguínea, facilitando así el flujo. El cilostazol también es una buena opción.

–       Tratamiento quirúrgico. Existen dos tipos:

La primera es la angioplastia transluminal percutánea, que se utiliza en pacientes con lesiones únicas y de pequeño tamaño. Consiste en la dilatación de la arteria afectada por la placa de ateroma, mediante la introducción de un catéter a través de la piel, hasta la arteria en cuestión.

La segunda, que suele ser la más utilizada es una cirugía de by-pass, que consiste en reconducir el flujo sanguíneo a la zona distal a la obstrucción mediante un injerto, ya sea sintético o utilizando una vena del mismo paciente.

 

 

La claudicación intermitente es un padecimiento en el cuál aparece un dolor muscular intenso localizado en las piernas que aparece al caminar o realizar un ejercicio físico y que mejora al detener la actividad. Es frecuente en personas de la tercera edad, por eso es importante tomar en cuenta los síntomas para que haya un diagnóstico temprano y no llegar a las complicaciones.

Categorías: Artículos, Blog

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Regístrate al Boletín

NuevosProductos